Bien es sabida, la importancia de las Pymes en el tejido empresarial valenciano, conscientes de su peso en nuestra economía, y desde hace ya algunos años, se ha intentado potenciar su crecimiento, mediante el fomento de diversas alternativas de financiación a las tradicionales.
La principal razón radica en el hecho de que la elección acertada del sistema de financiación juega un papel esencial en el crecimiento de cualquier empresa, en especial en el caso de las Pymes, cuyos fondos propios habitualmente resultan insuficientes para acometer sus proyectos de inversión. Resulta un hecho constatable que las empresas españolas, se financian principalmente a través del sistema bancario. Sin embargo, los préstamos bancarios a medio y corto plazo suponen una gran dependencia de las condiciones que les imponen estas instituciones y las hace muy vulnerables cuando surgen problemas de liquidez y solvencia.
Frente a éstos, existen instrumentos de financiación alternativos que evitan el recurso a los capitales ajenos, y sin embargo poco conocidos e utilizados como vías para potenciar el crecimiento.
A este respecto cabe destacar el capital riesgo, o también llamado capital desarrollo, que supone la obtención de financiación, a medio y largo plazo, a través de unas empresas denominadas sociedades de capital riesgo, que entran a formar parte del accionariado de la empresa, por un lapso delimitado en el tiempo, por tanto sin vocación de permanencia ilimitada.
Las sociedades de capital riesgo, invierten en empresas, con alto potencial de crecimiento con la finalidad de obtener una plusvalía derivada de la inversión realizada, así y de acuerdo con los criterios que sigue la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI) para realizar una inversión de estas características destacan que la empresa esté situada en un sector atractivo, que esté bien gestionada, que disponga de un nicho de mercado, que tenga potencial importante de crecimiento, y que cuenten con una acertada estrategia de producto/mercado que esté claramente definida y debidamente orientada.
A pesar de que la sociedades de capital riesgo, invierten en empresas con características similares, existen diferentes tipos de inversión, en función de la etapa de vida en la que se encuentre la empresa financiada, lo que hace variar el nivel de riesgo que asume la empresa así se destaca:
– Capital Semilla: La inversión semilla, es una inversión que tiene lugar en una fase preliminar, cuando la aportación de recursos es anterior al inicio de la producción y distribución masiva del producto o servicio.
– Puesta en marcha: La inversión puesta en marcha o start-up, es una financiación que se realiza al inicio de la producción y de la distribución, es decir, que la empresa se encuentra en disposición de iniciar su actividad. Se participa en empresas de nueva o muy reciente creación.
– Expansión: Mediante la inversión expansión, se pretende dar apoyo financiero a una empresa con una cierta trayectoria para posibilitar su acceso a nuevos productos, mercados, o ampliar su capacidad de fabricación, consolidando su situación previa en el sector o mercado. Se trata de inversiones de menor riesgo y mayor volumen.
– Adquisición con apalancamiento: La adquisición con apalancamiento, supone la compra de empresas en las que una parte sustancial del precio de la operación es respaldada mediante deuda, en parte garantizada por los propios activos de la empresa adquirida, y con instrumentos que están a medio camino entre los recursos propios y ajenos (financiación de entresuelo o mezzanine financing). Entre las distintas modalidades hay que destacar el Management Buy-Out (MBO) Management Buy-In (MBI) Buy-In Management Buy-Out (BIMBO).
-Capital de sustitución: En la inversión denominada capital de sustitución, el inversor de capital riesgo entra en el capital de una empresa para ocupar el lugar de un grupo de accionistas, por lo que no supone, necesariamente, una entrada de nuevos recursos en la empresa. El papel del inversor financiero, en este caso, será sustituir a un grupo de accionistas, generalmente pasivos, para dar un nuevo empuje a la empresa.
En todas las modalidades de inversión, se sigue un procedimiento de las mismas características, todo ello, porque la inversión de estas entidades tiene un principio y un fin, el proceso está dividido en tres etapas:
El objetivo principal de la primera etapa, es decir cuando la sociedad de capital riesgo toma la Decisión de Invertir, es que las partes se conozcan y empiecen a extraer las primeras conclusiones acerca de la posición de la parte contraria. Una vez realizado el contacto inicial, la Sociedad de Capital Desarrollo comienza un proceso de valoración de la información facilitada por la empresa susceptible de ser la receptora de la financiación, es decir se procede a realizar la due diligence, determinante de la viabilidad o no de la inversión.
Una vez concluido el análisis formal y las negociaciones previas entre las dos partes, si la Sociedad de Capital Desarrollo toma la decisión de invertir en el proyecto, comunica una oferta formal. Posteriormente, se procede a la firma del contrato para dejar constancia escrita de la nueva relación existente entre las partes. La sociedad de capital riesgo, hace efectivo el importe acordado y pasa a convertirse en socio de la empresa.
En la segunda etapa, y una vez la sociedad de capital riesgo ya forma parte del accionariado de la empresa, se debe realizar el Seguimiento de la inversión, la sociedad de capital riesgo debe realizar el seguimiento de su inversión de forma intensiva. Por lo tanto, en su nueva condición de socio, la sociedad de capital riesgo debe esforzarse al máximo para estar siempre bien informada, ayudar en la gestión de la empresa cuando esta lo requiera, ya sea en el ámbito gerencial o en cualquier departamento relacionado con la toma de decisiones.
El cierre del ciclo de financiación mediante el capital riesgo se produce con la venta de la participación, la Sociedad de Capital Desarrollo tiene distintas opciones para salir de la Pyme. Es el llamado proceso de desinversión, siendo la última etapa, en la que las entidades de Capital Desarrollo buscan la salida más oportuna o rentable de la inversión. Etapa, que se alcanza cuando el proyecto se encuentra lo suficientemente maduro, y en el caso de que el proyecto haya sido exitoso, se alcancen plusvalías. El tiempo transcurrido desde la inversión inicial hasta la desinversión, varía en función de la etapa en la que se encuentre la empresa oscilando entre dos y diez años aproximadamente.
Existen diversos mecanismos para desinvertir el capital, sin embargo, los principales mecanismos son las salidas a bolsa, y la venta de la empresa a compradores financieros o estratégicos, a pesar de que habitualmente, son los propios accionistas quienes recompran las acciones.
El capital riesgo, es una alternativa a tener en cuenta, y a pesar de la mala prensa que se le ha dado a las sociedades capital riesgo, éstas lo único que pretenden es la obtención de una plusvalía y nunca la adquisición de la empresa, ayudando a las empresas a crecer y desarrollarse.
Mireya Sáez Villar
Responsable de Formación/Proyectos
Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros
msaez@febf.org