Ha comenzado la cuenta atrás para la implantación de las Normas Internacionales de Contabilidad. Nos encontramos en un período de transición, en el cual las empresas deberán comenzar su implantación en el presente ejercicio, ya que aunque su fecha de aplicación es el ejercicio 2005, la información financiera se compara con la ofrecida en el año precedente, por ello las empresas deberán llevar un doble sistema de contabilización, aunque sea de índole interno, en el presente ejercicio económico. De todo ello, se deriva que es un buen momento para valorar las implicaciones y variaciones que este proceso va a suponer en las empresas y en el proceso de generación de información. Teniendo en cuenta, además que este cambio afectará a más de 7.000 empresas en la Unión Europea, de entre las cuales más de 600 son españolas.
El proceso de conversión a las NIC supone grandes beneficios, entre los que cabe destacar por un lado, la mejora de la comunicación con los potenciales inversores derivado de una mayor comparabilidad de la información financiera y, por otro lado en algunos países, la consecución de una mayor transparencia. Asimismo, la aplicación de las NIC permitirá una reducción en los costes de obtención de capital y un mayor acceso a las fuentes de financiación, como consecuencia del incremento de las emisiones de capital en mercados transnacionales y de las oportunidades de inversión, gracias a la unificación de la información financiera, proporcionando mejores argumentos en la toma de decisiones.
Para que este proceso de conversión no resulte complicado y excesivo para las empresas, se han indicado sugerencias o etapas para la introducción de la nueva normativa contable. La primera de ellas, consistiría en incluir en la memoria anual un apartado explicando cómo llevará a cabo el cambio y cuáles serán las principales diferencias con la normativa aplicable en la actualidad.
En una segunda fase, las compañías deberán incluir datos acerca de las consecuencias que dicho cambio representará para la misma, dando pie a que todas las compañías hayan aplicado totalmente los nuevos estándares contables en la información facilitada al cierre del ejercicio de 2005. Con estas medidas se pretende que los usuarios de esta información sean capaces de analizar los efectos de la nueva contabilidad en la situación financiera de las empresas, evitando la creación de un ambiente de escepticismo y nervios.
La aplicación de las N.I.C., intenta evitar la aparición de escándalos como el surgido con la empresa Parmalat que ha puesto de nuevo en boca de todos, la veracidad de la información financiera aportada por las compañías a los usuarios externos de la misma. El objetivo de los estados financieros es proveer información sobre la situación financiera, económica y patrimonial de la empresa, y deben llevar asociados una serie de características como comprensibilidad, relevancia, veracidad, comparabilidad, dado que la información ofrecida por los mismos es utilizada por numerosos usuarios para la toma de decisiones de inversión.
La introducción de los nuevos estándares contables en el ámbito financiero europeo supondrá la incorporación de nuevos estados financieros a la información suministrada por las compañías, como el Estado de Flujos de Tesorería, que muestra las entradas y salidas de “efectivo” de una compañía en el período analizado, proporcionando a los inversores una información valiosa para la toma de decisiones de inversión y concesión de préstamos. Otro de los nuevos estados financieros será el relativo a cambios en el patrimonio neto, que reflejará el resultado neto del período, mediante la inclusión de aquellos beneficios y pérdidas que no se registran en la Cuenta de Resultados, incluyendo además el efecto derivado en los cambios de las políticas contables y los derivados de la corrección de errores importantes. Este estado incrementará la transparencia referida a la información financiera de una empresa, apuntando las operaciones de capital con los propietarios de la misma, y junto con la Cuenta de Pérdidas y Ganancias reflejará el resultado obtenido por dicha entidad.
La conversión a las N.I.C. provocará modificaciones significativas en los estados financieros actuales, y también en magnitudes como la cifra de resultados y el patrimonio neto de las compañías, derivado por ejemplo de las restricciones para la activación de partidas como los gastos de primer establecimiento, apertura o la imposibilidad de activación de los gastos de investigación. También, existe una mayor dificultad para la dotación de provisiones para riesgos si no está asociado a un pasivo exigible concreto. Surge el concepto de “valor razonable” (cantidad por lo que puede ser intercambiado un activo entre un comprador y un vendedor debidamente informados, o puede ser cancelada una obligación entre un deudor y un acreedor, en la realización de una transacción libre) a la hora de valorar activos financieros, inversiones inmobiliarias, permutas, etc. Existe una mayor exigencia y desglose de información, información que hasta ahora se considera confidencial por parte de las empresas.
El proceso de adopción de las Normas Internacionales de Contabilidad, no es una mera redefinición de las cuentas anuales de una empresa ni de sus principios contables, y tiene una implicación en multitud de ámbitos desde el legal, pasando por el fiscal, así como en el interior de la misma, ya que supone un cambio en la forma y desarrollo del actual proceso de generación de información financiera. Es un cambio en la forma de comunicarse con los usuarios externos de la entidad, lo cual provocará un mejor abanico de posibilidades a la hora de tomar decisiones y mayor transparencia en la relación con los mismos. La información financiera y no financiera ofrecerá una mayor calidad, pudiendo evaluar de forma fiable la gestión de una compañía.