Tradicionalmente, la Bolsa se ha considerado una fuente de financiación alternativa, donde las empresas que tenían proyectos de expansión, crecimiento o internacionalización acudían al Mercado en busca de recursos.
Parece que después de dos años y medio de sequía, las empresas vuelven a utilizar esta fuente de financiación, que tuvo su esplendor en los años 2006 y 2007 con diez y once salidas al parquet respectivamente. En el año 2008 fue únicamente Caja Mediterráneo la que se lanzó a la piscina con sus Cuotas Participativas, a pesar del momento de desconfianza que se vivía, consiguiendo su objetivo de obtención de recursos con éxito, que probablemente sirva de referencia para otras Cajas. Durante este año tuvimos la oportunidad de ver a Pocoyó tocando la campana en la Bolsa de Madrid, Zinkia la productora del famoso personaje infantil, salió a cotizar no con pocas dificultades, inicialmente, pero con gran éxito, después.
Todas estas empresas empezaron su andadura bursátil con las llamadas OPVs (oferta pública de venta de acciones), pero también existe otro tipo de operaciones para obtener fondos de los inversores, como son las Ampliaciones de Capital, es decir, las sociedades que ya están cotizando, buscan recursos entre nuevos inversores, o entre los ya existentes.
Durante este año, esta forma de encontrar efectivo se ha popularizado entre las cotizadas. Son muchas, y de diversos sectores, las que han optado por esta opción. Aunque, son más habituales en tiempos de bonanza y crecimiento bursátil, parece que esos tiempos pueden volver, el Ibex 35 está en racha alcista después de mantener alzas consecutivas durante los últimos 6 meses y pasar el mejor verano desde hace muchos años.
Pero, ¿en qué consiste realmente una Ampliación de capital? Por ampliación de capital se entiende todo incremento en el capital social de una empresa. Ello puede ser resultado de la aportación de nuevos fondos a la sociedad, o bien de la capitalización de reservas (transformación de reservas en capital mediante ampliaciones de capital liberadas, o mediante aumentos del nominal de las acciones), en cuyo caso no se produce una entrada efectiva de fondos en la sociedad.
Toda operación de ampliación viene definida por dos elementos: La proporción, o relación existente entre el número de acciones nuevas que se emiten y las acciones antiguas ya existentes; y el precio de emisión, efectivo que la sociedad emisora recibe por cada acción.
El precio que deben pagar los suscriptores por cada acción nueva, será determinado por la sociedad, existiendo varias las posibilidades en función del tipo de ampliación:
• A la par: el precio pagado coincide con el nominal del título.
• Por encima de la par (con prima de emisión): el precio pagado es superior al valor nominal, dando lugar a la creación de una reserva.
• Liberada (o gratuita): la ampliación se realiza con cargo a reservas, por lo que los accionistas obtienen las nuevas acciones sin necesidad de realizar aportación dineraria.
El volumen de fondos que obtendrá la Sociedad en está operación se determinará multiplicando el precio de emisión por el número total de acciones puestas en circulación, minorado los posibles gastos en los que se haya incurrido por realizar la operación.
Para hacer atractivas a los inversores este tipo de operaciones el precio de emisión será inferior al valor de mercado de las acciones antiguas. Es por este motivo que los inversores están interesados en adquirir acciones nuevas frente a las que ya están en circulación.
Por otra parte, el antiguo accionista suele disponer de un derecho de suscripción preferente de forma que pueda seguir participando en el capital social nuevo en la misma proporción que lo hacía en el capital social antiguo. Dicho derecho es un título negociable, durante un periodo de tiempo establecido, que puede ser vendido en caso de no querer mantener la participación porcentual inicial.
Dentro de las modalidades que hemos visto de ampliaciones de capital, comentar que las ampliaciones de capital liberadas, se han utilizado en los últimos dos años, como forma de retribuir al accionista, siguiendo la tendencia que había en el mercado. Es una manera de pagar a los accionistas con papel, es decir, entregarles acciones de la compañía, llamadas Acciones Liberadas, sin coste alguno para los accionistas, e instrumentadas a través de una ampliación de Capital con cargo a reservas. Sin embrago en esta modalidad no hay entrada de fondos para la compañía, por tanto no se podría utilizar para conseguir Financiación.
Durante este primer semestre se han realizado más de una decena de ampliaciones capital en sectores muy dispares, las dos mayores operaciones las han protagonizado Iberdrola, y Gas Natural que utilizó los fondos para financiar parte de la compra de Unión Fenosa. Otras compañías que se beneficiaron de este tipo de operaciones fueron Santander, Mapfre, Jazztel o NH entre otras, y previsiblemente no serán las únicas, por ejemplo La Seda busca un socio industrial para reforzar su accionariado y probablemente lo instrumente a través de una ampliación. Diversas constructoras, inmobiliarias y alguna que otra farmacéutica, se encuentran en las principales quinielas de los analistas.
Hasta la fecha se ha demostrado que las ampliaciones de capital son una fuente de financiación utilizada de forma habitual por las sociedades en sus procesos de crecimiento y diversificación y, aunque son típicas en periodos expansivos, parece que la tendencia está cambiando y las ampliaciones de capital han vuelto al parquet.