La MIFID o Directiva Europea de Mercados de Instrumentos Financieros que lleva transpuesta desde hace 3 años, pretende fomentar un mercado integrado y eficiente, y reforzar la protección al inversor.
Esta Directiva, ha supuesto un cambio radical en la forma de trabajar de todas las Empresas que prestan Servicios de Inversión, sobre todo cambios en las normas de conducta y en la relación con inversores. Todo ello se implementará mediante una regulación más detallada y estricta sobre conflictos de interés, suministro de información, elaboración de informes de inversión o la categorización de clientes en grupos dependiendo de su nivel de conocimiento y experiencia.
En relación a los clientes, existe la obligación de llevar a cabo una evaluación de la idoneidad o la adecuación al servicio o producto financiero, para poder realizar una clasificación de los mismos en función de su experiencia inversora, conocimientos y capacidad financiera. Se distinguirá, por tanto, entre clientes particulares que gozarán de máxima protección; clientes profesionales que contarán con protección limitada; y contrapartes elegibles o grandes inversores especializados que tendrán una protección nula.
La MIFID incorpora el Asesoramiento como un servicio de inversión, lo que supone un gran cambio para el actual ejercicio de la profesión, que no requiere licencia ni registro alguno. El asesoramiento consiste en la Prestación de recomendaciones personalizadas a clientes, sea a petición de éste o por iniciativa de la empresa de servicios de inversión, con respecto a una o más operaciones relativas a instituciones financieras.
Aunque la Directiva de Mercados Financieros aún es joven, le queda camino por recorrer, la implantación no es fácil y necesita un periodo de adaptación, ya que supone tanto un cambio significativo en la legislación de mercados financieros en Europa como un cambio de actuación entre los todos agentes que intervienen en dichos mercados. La MIFID ha introducido un régimen regulatorio para los servicios de inversión en toda la Unión, y da respuesta a los cambios e innovaciones que demandan los mercados en cuanto a seguridad y protección de los inversores; basándose en dos pilares básicos: Protección y Transparencia.
La regulación se realiza desde un punto de vista global, que favorece la competencia entre diversos Sistemas de Negociación permitiendo alcanzar un mayor grado de eficiencia en el conjunto de todos los que intervienen en el Sistema Financiero. En definitiva, conllevará más seguridad y por tanto generará: Unos inversores más protegidos.