La economía española ha sobrevivido un año más, aunque parezca que no se ve la luz al final de este oscuro túnel, pequeñas luces que permiten ir dando pasos para salir de él. La demanda está deprimida, por tanto la alternativa económica es abrir mercado. Para que la economía mejore es necesario disponer de un tejido empresarial con empresas de mayor tamaño, sólidas, creadoras de empleo, innovadoras, internacionales, competitivas y eficaces. Un hándicap a tener en cuenta es el perfil actual del sistema empresarial español, donde casi el 99% está constituido por PYMES (Dirce 2011).
Para reducir la cifra de paro, es conveniente establecer políticas económicas de apoyo a la creación, desarrollo e internacionalización de las PYMES. Este segmento proporciona 2 de cada 3 puestos de trabajo en el sector privado. Pero uno de los principales problemas actuales es el acceso a la financiación. En parte, por la situación del mercado financiero, donde las entidades se encuentran inmersas en la reconversión del propio sector para fortalecer su imagen financiera hacia el exterior. Pero existen otras alternativas de acceso a la financiación, como los fondos de Capital Riesgo, cuyas participaciones se concentran principalmente en las pequeñas y medianas empresas (83% en 2010). Adicionalmente, esta fuente de financiación ofrece diferentes ventajas respecto a la financiación tradicional.
El Capital Riesgo hace crecer la inversión, ya que su principal objetivo es crear valor para los participantes, y para ello hacen aumentar la facturación, tamaño y resultado de las PYMES a través de la internacionalización, especialización, desarrollo de nuevos productos e ideas, adquisición de otras competidores, etc. Con sus fondos entra savia nueva con la que llevar a cabo los proyectos estratégicos.
Asimismo, las participadas por empresas de Capital Riesgo tienen ritmos de crecimiento de empleo muy superiores a las que no acceden a este tipo de financiación. En España, en el periodo 2005-2008, el empleo de este tipo de empresas crecía a una tasa del 10,7% mientras que el grupo de empresas comparadas decrecían. Por tanto, y teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, si estas empresas crean empleo y las PYMES suponen 2 de cada 3 puestos, tomar medidas para agilizar, facilitar, incentivar tanto la creación de fondos de capital riesgo como sus requisitos de gestión y la creación y mantenimiento de las PYMES puede ser un camino.
Existen inversores interesados en cada una de las fases de un proyecto; por ejemplo, en 2011 los proyectos financiados en España fueron 37% en puesta en marcha, 58,5% en expansión, 3,3% en empresas consolidadas y 1,2% en otras. Por tanto, debe considerarse ésta entre las opciones de financiación a la hora de realizar el plan de negocio independientemente de la fase en la que se encuentra el mismo.
España ha salido de otras crisis fortalecida, ahora tiene la oportunidad para empezar una nueva etapa de forma planificada, ordenada y bien gestionada que le permita volver a los primeros puestos en la economía global. Querer es poder.