Según Warren G. Bennis “Liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad” . Ésta es una de la múltiples acepciones que se pueden dar al concepto de liderazgo, ya que como han manifestado muchos autores existen tantas definiciones como personas que han intentado definirlo. Se han extendido diversas teorías, muchas de ellas controvertidas lo que ha convertido al liderazgo en un tema especialmente polémico. Será el lector quien saque sus propias conclusiones El Líder ¿Nace o se hace?.
“Coloca una señal distintiva en aquellos que en su concepto, están predestinados para dirigir debido a que poseen poderes y rasgos poco usuales”.
Este sector doctrinal afirma que el líder nace, es decir se defiende lo innato sobre lo adquirido. El Líder, es aquel que tiene una determinadas aptitudes frente al resto que lo hacen diferente: carisma, capacidad de persuasión, autoconfianza, ambición de poder, capacidad de adaptación a los cambios.
Todos estos rasgos, forman parte de la personalidad del individuo, por tanto no se adquieren sino que se heredan y pertenecen a los genes del ser humano.
Pero ¿son suficientes estas cualidades para ser un buen líder, o simplemente para ser un líder?
“El hombre es un ser social”
Frente a esta doctrina, que podríamos clasificar como más clásica, existen otras que afirman esto es que el líder se hace, ya que todos los seres humanos tenemos una cualidades personales válidas para convertirnos en líderes. Las aptitudes personales idóneas para asumir el liderazgo, son fruto de un aprendizaje, de la vida en sociedad, del entorno que nos rodea, y por tanto es necesario que sean desarrolladas.
Actualmente este punto de vista está alcanzando un gran auge, en tanto en cuanto, la figura del líder se presenta como una necesidad en las organizaciones, hasta el punto que algunos se atreven a afirmar que esta figura se limita a una mera función en el seno de una compañía. Así pues, la figura del líder surge como una necesidad en un grupo de personas que persiguen unos objetivos comunes.
Sea cual sea la postura que se adopte, lo cierto es que en todas ellas, existen un denominador común: el poder de influencia sobre los demás. Los líderes son agentes que motivan el cambio, es decir, tienen la capacidad de afectar a las conductas de los miembros del grupo en mayor medida que el resto a las suyas.
De acuerdo con esta afirmación no se puede ser líder en solitario, liderar requiere implicarse en un grupo, en una organización, por lo tanto la figura del líder debe reunir, ya sea de forma innata, o por su desarrollo como persona, unas características que lo hagan diferente del resto, teniendo capacidad para ejercer una mayor influencia sobre el resto del grupo. Ostenta una responsabilidad añadida sobre el logro de los objetivos comunes de toda la organización y debe estar capacitado para distribuir el poder y la responsabilidad entre el resto del grupo.
En definitiva el líder debe ejercer un control sobre el resto del grupo, lo cual no significa que deba hacer un uso excesivo del poder, sino que debe utilizarlo para fidelizar a su grupo y marcar un modelo de referencia que sea el idóneo, que se aleje de la mediocridad ya que de lo contrario la organización no podrá consolidar un equipo con posibilidades reales de alcanzar los objetivos marcados.
Para alcanzar estas metas, existen muchos formas de liderar o de ejercer el liderazgo, si bien Ser o Convertirse en un líder requiere reunir unos denominadores comunes, así como unas aptitudes que lo diferencien del resto:
El líder debe desarrollar su capacidad y conocimiento, dominar su trabajo y conocer el del grupo que lidera, estar comprometido con la empresa sirviendo de modelo para su grupo, y fidelizar a su equipo. Resulta de especial importancia la comunicación, el saber escuchar y afrontar los problemas con creatividad, a fin de cuentas tener una mente abierta y preparada para el cambio afrontando las crisis empresariales con la mayor serenidad posible. Ser líder implica compromiso y aspirar a lograr una posición de excelencia aceptando los constantes cambios a los que está sometida toda organización.
Resulta innegable que reunir todas estas aptitudes no resulta nada fácil, ya sea porque se posean de forma innata o por su trayectoria, potenciación, por el aprendizaje en su entorno social.
Lo cierto es que el líder, como figura debe tener unas cualidades determinadas y distintivas del resto, y que resulta imprescindible en toda organización en proceso de mejora continua, de cambio y que aspira a la consecución de los objetivos a largo plazo.
Sin embargo, queda a la opinión del lector decidir si el líder nace o se hace y si el ser líder se encuentra al alcance de todos.
Mireya Sáez Villar
Área Formación/Proyectos
Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros
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