Óscar Niclós García
CEFA, EFA – Director Equipo Banca Personal en Bankinter, Valencia Sucursal
En un mundo donde las decisiones económicas afectan en casi todos los aspectos de nuestras vidas, contar con conocimientos financieros sólidos puede marcar una gran diferencia. Adquirir dichas habilidades no solo contribuye a una mejor gestión del dinero, sino que también fomenta una cultura del ahorro en la que la educación financiera se convierte en una herramienta esencial para la vida moderna.
Vivimos en una era de hiperconsumo, donde la obsolescencia programada ha dado paso a la obsolescencia percibida: los productos no necesitan dejar de funcionar para ser descartados, basta con que dejen de ser relevantes. El último modelo de teléfono móvil se vuelve obsoleto en cuanto aparece uno nuevo, alimentando un ciclo interminable de consumo.
Las redes sociales agravan esta situación, al convertirse en escaparates digitales que no solo nos incitan a adquirir las últimas novedades, sino que también nos impulsan a comprar lo último en moda, viajes, tendencias, servicios, … Esta cultura de consumo desmedido y planificación financiera deficiente puede llevarnos a niveles de endeudamiento insostenibles.
¿Cómo podemos evitar caer en la trampa del consumo excesivo y las deudas? Una buena planificación financiera es la solución.
Un primer paso para fortalecer nuestra salud financiera es eliminar gastos innecesarios y mantener un nivel de endeudamiento controlado, idealmente por debajo del 30% de nuestros ingresos. Asimismo, se recomienda destinar al menos un 20% de nuestros ingresos al ahorro y la inversión. Esto nos permitirá la creación de un colchón de seguridad para afrontar imprevistos y, una vez alcanzado este objetivo, podremos dar el salto a la inversión y al crecimiento del patrimonio personal a largo plazo. Básicamente, la capacidad de ahorro depende de cuánto ganamos, cuánto gastamos y cómo gestionamos nuestras finanzas personales.
¿Cómo podemos canalizar nuestros ahorros?
Una vez logrado el hábito del ahorro, la mejor opción no es “ponerlos debajo del colchón”, ya que la inflación reduce nuestro poder adquisitivo con el tiempo. Es muy recomendable analizar distintas opciones de inversión según el perfil y los objetivos de cada inversor:
A corto plazo, menos de un año, podemos canalizar nuestras inversiones en vehículos muy líquidos, sin riesgo o con riesgo bajo, que nos permiten obtener rentabilidades bajas. Si bien, dentro de un perfil conservador, hay que aspirar a rentabilidades que puedan superar la inflación. Aquí es donde deberíamos posicionar nuestro colchón de seguridad, que podríamos cuantificar como el sumatorio de gastos que necesitamos atender durante los próximos 6 meses.
Si levantamos la mirada e invertimos a un horizonte temporal más amplio, podemos orientar nuestras inversiones hacia vehículos financieros cuya rentabilidad, aunque incierta, ha demostrado históricamente ser superior a la ofrecida por el mercado. Por ello, es fundamental no solo invertir los ahorros, sino también mantener la inversión en el tiempo para maximizar sus beneficios.
En España, existen más de 30.000 vehículos de inversión diseñados para diferentes perfiles de inversor, desde los más conservadores hasta los más dinámicos. Estos vehículos permiten invertir desde pequeñas cantidades hasta grandes sumas en activos específicos como acciones, bonos y bienes raíces, ofreciendo una opción atractiva para quienes buscan diversificación, optimizar su fiscalidad y crecimiento patrimonial a largo plazo.
Contar con el apoyo de un asesor financiero cualificado puede marcar la diferencia entre una inversión acertada y una decisión precipitada. Un experto puede ayudarte a identificar tu perfil de inversión y a valorar estrategias adecuadas para alcanzar tus objetivos financieros.
En un mundo hiperconectado y cambiante, formarse, informarse y contar con el acompañamiento de un especialista en finanzas se vuelve esencial para gestionar el patrimonio de manera eficiente, optimizar inversiones, mitigar riesgos y aprovechar oportunidades en un entorno económico cada vez más complejo y dinámico.
Invertir con éxito no es cuestión de suerte, sino de constancia, preparación y esfuerzo. Cuanto más te prepares, mejores serán tus decisiones, obteniendo más oportunidades de alcanzar tus objetivos y mejorar tus resultados.
Profesionalmente, tengo la oportunidad de aplicar en mi día a día los conocimientos que adquirí cómo alumno del Máster Bursátil y Financiero y del Máster en Gestión Financiera, impartidos ambos en las aulas de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, dando así un mejor servicio a los clientes de Bankinter, donde estoy desarrollando mi carrera profesional.