Pepe Capilla, Rector de la Universitat Politècnica de València (UPV) – Patrono de la FEBF

El famoso inversor Warren Buffett, en el prefacio de uno de sus libros de cabecera —The Intelligent Investor— afirma que un inversor verdaderamente “inteligente” debe contar con un marco intelectual sólido para tomar decisiones, y con la templanza suficiente para impedir que las emociones lo corrompan.
¿Confiaríamos una cartera de inversiones a una inteligencia artificial incapaz de sentir miedo, codicia o intuición? Como bien recordaba Hegel, “el individuo es hijo de su tiempo”, y en nuestro tiempo —definido por la inteligencia artificial— esta pregunta no solo es pertinente, sino urgente. Vivimos un momento de transformación acelerada en todos los sectores productivos, con la IA como telón de fondo. La computación de altas prestaciones, el manejo de grandes volúmenes de datos y la implementación de modelos predictivos cada vez más precisos han sentado las bases para que todo esto sea posible.
Es precisamente en esa intersección entre el mundo de las finanzas, la empresa y lo digital donde se están redefiniendo modelos de negocio, formas de inversión y nuevos marcos de competitividad. Y es exactamente ahí donde una universidad de vanguardia debe aportar nuevo conocimiento e innovación, formar a los futuros profesionales, y contribuir a la conformación de una cultura financiera adecuada a los tiempos actuales. El papel de una institución de educación superior cobra relevancia cuando es capaz de hibridar ámbitos como la ciencia de datos y el análisis matemático con otros campos como las ciencias sociales, la gestión de empresas o las finanzas.
La Universitat Politècnica de València, en el año 1999, hizo una apuesta sin precedentes al incorporar una Facultad de Administración y Dirección de Empresas a una universidad con un marcado carácter tecnológico. Pasados más de 25 años desde aquel momento, nuestra Facultad de ADE es reconocida año tras año en diversos rankings como una de las más destacadas de nuestro país. En este tiempo, hemos transformado su oferta formativa con titulaciones que incluyen dobles grados con Ingeniería Informática, Telecomunicaciones o Matemáticas, entre otros. Esta evolución refleja nuestra capacidad para conectar disciplinas y formar profesionales preparados para el entorno socioeconómico actual.
La universidad también destaca por su estrecha colaboración con el sector productivo, canalizada en parte a través de un completo programa de cátedras de empresa — que en estos últimos años ha alcanzado cifras récord — que refuerzan la conexión con el tejido productivo y permiten abordar retos reales desde el ámbito académico. Estas alianzas, y en particular en el ámbito de la gestión empresarial, las finanzas o la bolsa, enriquecen la experiencia del estudiantado y consolidan la empleabilidad de nuestros egresados en sectores clave.
Con la mirada puesta en el futuro, vislumbramos un escenario en el que universidades como la UPV se conviertan o sean parte de verdaderos hubs de simulación financiera en tiempo real. Espacios donde la inteligencia artificial, el blockchain y los gemelos digitales permitan replicar dinámicas de los mercados, evaluar políticas económicas y entrenar a los estudiantes en la toma de decisiones bajo incertidumbre. Estos laboratorios digitales, conectados con empresas, instituciones y organismos públicos, no solo reforzarían la formación práctica, sino que consolidarían a la universidad como un nodo activo en el diseño de soluciones innovadoras ante los grandes desafíos financieros globales.
Esta visión integrada, que conecta disciplinas tradicionalmente separadas, es uno de nuestros mayores activos. Porque hoy más que nunca, las finanzas necesitan ingenieros, matemáticos, economistas y científicos de datos capaces de colaborar y hablar un lenguaje común. La UPV, como universidad pública de referencia, seguirá formando perfiles híbridos, capaces de liderar la innovación en un sector que exige adaptación constante y pensamiento crítico.
En definitiva, la transformación del mundo financiero no será posible sin el conocimiento, la innovación y el talento que brotan de nuestras universidades. En una era marcada por la inteligencia artificial, solo mediante una formación integral e interdisciplinar podremos preparar a los líderes financieros del futuro. Y desde la Universitat Politècnica de València, seguiremos liderando este reto con determinación, excelencia académica y compromiso con la sociedad.
Aprovecho estas líneas para felicitar a la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros por su 35 aniversario. Tres décadas y media de compromiso con la formación, la divulgación y el impulso del conocimiento financiero en nuestra sociedad merecen todo nuestro reconocimiento y admiración.