Educación financiera y prosperidad

“Financial literacy is knowledge and understanding of financial concepts and risks, and the skills, motivation, and confidence to apply such knowledge and understanding in order to make effective decision across a range of financial contexts, to improve the financial well-being of individuals and society, and to enable participation in economic life”. OECD, 2014.

La preocupación por la mejora de la educación financiera es un tema recurrente en las actividades organizadas en el seno de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros.

A escala macroeconómica la educación financiera genera estabilidad y prosperidad, y a escala microeconómica supone un abanico de posibilidades en las personas que conocen y gestionan adecuadamente sus finanzas. Sensu contrario, la falta de educación financiera supone malas decisiones, y en muchos casos, la ruina.

Recientemente, el Instituto Bruegel ha publicado una monografía sobre el nivel de educación financiera a escala europea. Según una encuesta realizada en 2023 con cinco preguntas de conocimientos básicos, solo uno de cada dos europeos contesto bien tres de las preguntas. Estos resultados suponen un bajo nivel de conocimientos financieros, y además, un obstáculo para la inversión en mercados financieros.

Entre los beneficios de la educación financiera destacan, al menos, los siguientes:

-Impulso del sector financiero y diseño de operaciones que impulsan el crecimiento y la competitividad.

– El impulso del sector financiero ayuda a la inclusión financiera.

– Desarrollo de la financiación alternativa y solidez en las empresas por acceder a diversificación financiera.

– Mejores decisiones financieras, riqueza y bienestar en economías familiares.

– Menor fragilidad financiera en las familias y mayor fortaleza frente a dificultades profesionales o de salud.

– Mayor fortaleza financiera tras la jubilación.

Debido a ello, todos los países europeos tienen una estrategia nacional de educación financiera, en el caso español la Fundación forma parte del plan de Finanzas para todos, liderado desde el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Es urgente y necesario que estas estrategias, además de diseñarse se monitorice su progreso y se repliquen las mejores prácticas. Se necesita, además, ofrecer particular atención a las necesidades de impulsar dicha educación financiera junto a los skills digitales, habida cuenta de la creciente digitalización del sector financiero. Las estrategias de educación financiera deberían ayudarnos a reducir los gaps de género y edad entre los colectivos más vulnerables en términos financieros, asi como garantizar la educación financiera en la educación básica.

La tabla nº 1 nos muestra la evidencia empírica de algunos aspectos positivos en las economías familiares.

Tabla nº 1: Efectos de la educación financiera sobre las familias.

1Optimización de las carteras financieras a lo largo del ciclo vital. La educación financiera supone menor fragilidad financiera, por la mayor rentabilidad obtenida en las carteras y la habilidad de afrontar con éxito gastos inesperados.  
2    Mejor preparación de la jubilación. Los niveles menores de educación financiera hacen que las personas no afronten adecuadamente su jubilación. La longevidad, el envejecimiento de la población, la sostenibilidad de las pensiones publicas obligan a que debamos planificar en mayor medida esta etapa del ciclo vital.  
3    Participación activa en los mercados financieros. El mayor nivel de educación financiera favorece una mayor interacción consciente y diversificación de productos financieros adecuados a los niveles de riesgo y diferentes etapas del ciclo vital. Esta participación ayuda a escala europea al desarrollo de la Unión de los Mercados de Capitales, ayudando al crecimiento empresarial y a la transición sostenible y digital.  
4    Evitar el sobre-endeudamiento. Las personas con menor nivel de educación financiera tienden a vivir por encima de sus posibilidades, administrar mal sus ingresos y obtener financiación en peores condiciones (sobre todo entre las personas más jóvenes, OECD, 2005).  
5Las finanzas digitales requieren mayor educación financiera. Los servicios financieros son accesibles de forma digital. Los esfuerzos recientes de medición de la educación financiera también intentan entender como interactuar con habilidades digitales y acceso digital a las finanzas. De cualquier modo, el rango de productos y servicios digitales es amplio, y su grado de simplicidad/complejidad varía. A cambio, implica que la riqueza generada por usar estos canales cambia en función de su complejidad, y su relación con la educación financiera también es complicada de monitorizar.   Existe evidencia empírica de malos usos de productos financieros entre los millenials americanos nacidos en los 80s. y los 90s. mostrando como los nativos digitales gestionan peor sus finanzas y tienen menores niveles de educación financiera.    
6La educación financiera impulsa la confianza en las instituciones financieras.   Existe un estudio en la economía holandesa que muestra una correlación positiva entre el nivel de educación financiera y la confianza en la entidad financiera y el resto del sistema financiero (bancos, fondos de inversión y aseguradoras

Fuente: Elaboración propia a partir de Policy brief 04/24. Bruegel.

Así pues, el nivel de educación financiera en la Unión Europea es mejorable. Los ciudadanos necesitamos entender los conceptos económicos básicos vinculados a nuestras decisiones diarias de consumo e inversión. Los programas de educación financiera deben desplegarse en todos los segmentos de edad (niños, jóvenes y mayores).

Un mayor nivel de educación financiera nos va a ayudar a impulsar la Agenda Europea de la Unión de Mercados de Capitales para estimular a los consumidores a invertir de forma responsable y hacer mejor uso de las oportunidades de inversión. Sin un conocimiento suficiente de estos conceptos es difícil y potencialmente peligroso para dichos consumidores a la hora de participar en los mercados financieros. la regulación puede proteger a los consumidores ante determinados malos usos, pero no puede formar a los consumidores para que entiendan en profundidad el riesgo de sus carteras. Dada su relevancia económica, la educación financiera se puede considerar un complemento a la regulación financiera.

Existe, además, una falta de monitorización del progreso de la educación financiera. Hay numerosos esfuerzos a escala individual en cada país para medir la educación financiera y entender sus efectos sobre la conducta y la actitud. Debido a ello, desde la Comisión Europea en 2023 se realizó un estudio para disponer de datos sobre la educación financiera de todos los países de la Unión Europea.  Este estudio ha supuesto un benchmark a la hora de monitorizar la educación financiera de forma consistente. Recomendamos continuar este ejercicio de evaluación del progreso a lo largo del tiempo y añadir estas estadísticas para que puedan ser monitorizadas periódicamente por los gobiernos implicados. Esto ayudaría a identificar las mejores prácticas y permitir el intercambio de ideas y de experiencias, incluyendo nuevos temas (por ejemplo, digitalización para impulsar finanzas éticas y sostenibles).

Todas las estrategias de educación financiera deben ser impulsadas y contar con suficiente respaldo financiero. Todos los países europeos están desplegando sus estratégias nacionales de impulso de la educación financiera y con suficiente apoyo técnico por parte de la OCDE.

La digitalización incrementa la urgencia de contar con mayor nivel de educación financiera. Los intentos de mejorar los niveles de educación financiera en la Union Europea deberían prestar particular atención a como ha afectado la digitalización a la educación financiera, y las peculiaridades por rangos de edad. También se debe identificar con cuidado como afecta el uso de diferentes productos y servicios a la conducta, y que tipo de educación financiera requieren.

Y si nos centramos en los colectivos más vulnerables, las mujeres y los jóvenes son los grupos en los que hay que hacer un esfuerzo adicional. Las mujeras son más vulnerables desde el punto de vista financiero y tienen un mayor riesgo de pobreza tras la jubilación. Y además, los estudios muestran como ante campañas de educación financiera, las mujeres responden mejor que los hombres, de manera que el esfuerzo formativo genera más resultados.

Los estudios empíricos muestran como la educación financiera está muy vinculada a los usos y costumbres, y debido a ello, debe comenzar en edad temprana, generando habilidades para ponerlas en marcha en la edad adulta. La digitalización favorece que los jóvenes tengan un acceso más fácil y rápido a los productos y servicios financieros, y sin educación financiera favorece un uso improvisado e inconsciente (mal uso). Así pues, es necesario incluir en la educación obligatoria formación en educación financiera. En la web de finanzas para todos esta detallado el marco de conocimientos financieros básicos establecido desde la OCDE para ser implementado. ¿A que esperamos?

Si queremos impulsar el PIB potencial y crecimiento a largo plazo de la economía española y la inclusión financiera, reducir la desigualdad y ayudar a los colectivos vulnerables debemos mejorar la educación financiera. Si lo hacemos construiremos un mejor futuro para todos.

Isabel Giménez Zuriaga

Directora General

Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros

igimenez@febf.org

Bibliografía:

Demertzis, M, L.Léry Moffat, A. Lusardi and J. Mejino López (2024):  “The state of financial knowledge in the European Union”. Policy Brief 04/2024, Bruegel.

https://www.finanzasparatodos.es

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